Son necesarios unos conocimientos extensos sobre los riesgos ambientales de las toxinas, para hacerse una idea de qué productos son seguros con respecto a la bioconstrucción y cuáles no. Tanto los consumidores como los fabricantes son conscientes y están sensibilizados con este asunto. Para poder ofrecer una fácil orientación en el mercado, muchos fabricantes han solicitado el sello de verificación «Comprobado y recomendado por el IBR“.
Después de meticulosas comprobaciones en el laboratorio, finalmente se otorga el sello de verificación a los productos comprobados; esto es una prueba tangible de que los productos son seguros con respecto a la bioconstrucción. Los fabricantes lo utilizan para distinguir sus productos de otros. Y el consumidor puede juzgar fácilmente el carácter saludable del producto.
El sello de verificación del IBR está protegido con copyright y es marca registrada.